Manuel Ciges Aparicio (Enguera, Valencia, 14 de enero de 1873 — Ávila, 5 de agosto de 1936). Escritor y periodista. Miembro de la generación del 98, fue el más sincero y comprometido de sus autores, y su testimonio mostró tanto la preocupación por la regeneración de su país, como su denuncia por la situación de injusticia que vivía su pueblo fruto del sistema político.
En 1896, siendo soldado en la guerra contra Cuba publicó un artículo con el seudónimo «Escipión» reclamando la autonomía para la isla y comenzó a escribir cartas en las que criticaba las operaciones militares y la política de Weyler. Descubiertos sus textos fue acusado de alta traición y encarcelado en la fortaleza de La Cabaña hasta mediados de 1899.
De regreso a España trabajó en las redacciones de El Pueblo (Valencia), Vida Nueva (Madrid), El País (Madrid), El Progreso (Zaragoza) y militó en el republicanismo.
Entre 1903 y 1910 publicó cuatro libros autobiográficos: El libro de la vida trágica: del cautiverio (1903) sobre su estancia en la prisión colonial y que fue un auténtico éxito; El libro de la vida doliente: del hospital (1906); El libro de la crueldad: del cuartel y de la guerra (1906) y El libro de la decadencia: del periodismo y la política (1907); dos de denuncia social en la serie «Las luchas de nuestros días»: Los vencedores (1908) y Los vencidos (1910); y la novela La romería (1909).
Ingresó en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en noviembre de 1909, poco antes de abandonar España rumbo a París. Recorrió el norte de África como enviado especial de El Pueblo y, finalmente, regresó a Madrid en 1917 donde se incorporó a la plantilla de El Imparcial como analista de política internacional.
En 1928 y 1929 fue director de La Voz de Aragón (Zaragoza). Desligado años antes del PSOE, con la llegada de la 2ª República se aproximó al partido de Manuel Azaña, Izquierda Republicana, y compaginó su carrera periodística con el puesto de Gobernador civil en Baleares (desde el 16 de febrero de 1933 al 21 de diciembre de 1935), Santander (22 de febrero a 3 de junio de 1936), Lugo (3 de junio a 5 de julio de 1936) y Ávila, donde le sorprendió el golpe militar del 18 de julio. Detenido y supuestamente “liberado” el 4 de agosto, el cadáver de Manuel Ciges apareció en la madrugada del día 5 cerca del cementerio de la ciudad con un tiro en la cabeza.