Sinopsis
La desaparición de las luciérnagas, luciérnagas y colibríes, las luciérnagas a la espalda de alacranes, los alacranes en el pico del colibrí, el colibrí liba el veneno del alacrán. Cerca, tan cerca, del Idroscalo de Ostia. Dicen que sobre su nicho, nel cimitero di Casarsa, sobrevuelan colibríes lorquianos y en la noche se reúnen luciérnagas, que lo guardan; entre las piedras jóvenes alacranes… En Ostia amerizó la saña de clase, injurió a la propia muerte, su cuerpo evidente es la metáfora del cuerpo desaparecido. A la ausencia de justicia en Ostia, dicen, van a morir las luciérnagas, y que las recoge el espectro de Lorca. Se ha visto a Lorca llorar en Ostia, y elevado por mil novecientos colibríes brillar por ellas, por él. Pasolini, seguido por una legión de alacranes, recorre las tierras que rodean Granada, esperando sentir el latido de los huesos, el olor a justo que desprenda la tierra. Se conocieron en muerte, ellos, de tanta vida…
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