José Bergamín Gutiérrez (Madrid, 30 de diciembre de 1895 – Hondarribia, 28 de agosto de 1983). Escritor, ensayista, poeta y dramaturgo español de la generación del 27. Estudió leyes en la Universidad Central de Madrid y comenzó desde joven sus colaboraciones literarias en numerosas revistas. En 1923 se le encarga la dirección del suplemento literario Los Lunes de El Imparcial. Gran defensor de la II República, fue fundador y director de la revista Cruz y Raya (1933-1936), que con el tiempo adquirirá una línea de pluralidad, libertad e independencia que hizo de ella una de las tribunas más destacadas de la época. Un año después crea las Ediciones del Árbol (1934-1936).
Formó parte de la Asociación Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura y al inicio de la Guerra Civil (1936) fue nombrado presidente de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Desde ese puesto Bergamín organizó el II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura en el año 1937. En ese momento, es uno de los intelectuales españoles más conocidos y con más prestigio de Europa. En 1938 es nombrado agregado cultural «libre» en la Embajada española de París, donde busca apoyos para la República. En 1939, con la caída de Madrid a manos de las tropas franquistas, desaparece su biblioteca personal y Bergamín debe exiliarse en México, hecho que marca su vida personal y profesional.
Durante sus primeros años en el exilio destaca por su labor como editor. Primero en México, posteriormente en Venezuela (1946), Uruguay (1948) y en París (1954). En el año 1958 regresa a Madrid gracias a la autorización del Consejo de Ministros, tras casi veinte años lejos de su patria. Aunque su estancia en la capital no es fácil, dedica su vida a escribir y a recorrer España hasta el año 1963, cuando tiene que volver a exiliarse en Montevideo por haber firmado un manifiesto dirigido a Manuel Fraga Iribarne en el que se denunciaba la represión contra los mineros asturianos.
Volvió definitivamente a España en abril de 1970, convirtiéndose un disidente del proceso político de la "Transición", cuyas componendas fue uno de los primeros en denunciar lúcidamente, lo que le supuso ser expulsado sucesivamente de varios periódicos. Los últimos años de su vida los pasó en el País Vasco donde se cumplió su última voluntad de “ser enterrado en Hondarribia para no dar mis huesos a tierra española”.
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